Honduras y El Enclave Bananero. Hecho Geohistórico.

 A mediados del siglo pasado en Honduras se cultivaba el banano en cantidades pequeñas si se compara con el nivel de producción que llegaría a tener unas décadas más adelante, para esa época, se cultivaban en los jardines de las casas y las adversidades que se presentaban muchas veces en cuanto al transporte y la ausencia de una comercialización que pudiera ser organizada para la compra efectiva del producto, frenaba cualquier idea o iniciativa de carácter local en ese sentido, por lo que un desarrollo continuado de la producción de este rubro no era favorecedor.

 Unas cuantas décadas después, en el norte de América, este negocio estaba en su pleno auge y en Honduras la producción de banano ya había alcanzado un nivel grande de difusión, de manera que los productores independientes del país vendían dicha fruta muchas veces a compradores precisamente norteamericanos. Las compañías que adquirían este producto de los hondureños se las arreglaban siempre para obtenerlo por precios muy bajos y así poder tener en sus manos el beneficio de la ganancia y la inversión, incluso en muchas ocasiones hallaban la manera de ultrajar a los vendedores al momento de realizar el conteo del producto.A estas acciones además se les unía el hecho de que el transporte para los hondureños era de carácter limitante, pues transportaban el banano por medio de barcazas a lo largo de los ríos, notándose así que estos se encontraban en una posición de desventaja, aun teniendo un ingreso importante para el país.

 Desde 1892 hasta 1896 en porcentaje, el nivel de la exportación bananera en cuanto al total de exportaciones del país básicamente se había duplicado, pues para el año 92’ constituía un 11.3% y para el año 96’ representaba el 22.8% y esto sin contar que una década después el crecimiento de este rubro sería tan fuerte que pasaría a formar el 53% de todas las exportaciones de Honduras. Como es de suponerse, inevitablemente, grandes empresas estadounidenses estaban implicadas en la importación de este producto, del cualse exportaban millones de racimos ya para la época de 1898, misma década en la cual la Boston Fruit Company fundada por Andrew Preston y Baker se convirtió en el poderoso imperio de la United Fruit Company, a partir de la cual se estableció el control monetario bananero en los países americanos, pero sobre todo en Honduras.

Comenzó entonces la fase en la que el control directo por parte de los inversionistas extranjeros se haría un hecho sobre la producción, ocupándose ellos mimos de los cultivos de las tierras hondureñas y fundando inmensas plantaciones nuevas que les servirían de base para fundar el conocido “Enclave Bananero”, trazando de esta manera la creación de un nuevo estado dentro del débil estado de Honduras, donde el país como ya se ha mencionado anteriormente seguiría estando en desventaja.

 Precisamente por la creación de este nuevo “estado” injerencista en el país es que se considera en el presente estudio este hecho como uno de carácter geo histórico, pues tanto las regiones implicadas, como sus poblaciones y las de todo el país se vieron implicadas y afectadas de manera trascendental, en cuanto a un rubro, que para ellos venía siendo tanto de carácter cultural como económico y esto, refiriéndonos a toda la historia del país, de manera que este cambio no sólo se vería inmerso en la economía, si no en la manera de percibir y concebir social y culturalmente la producción del banano. Hubo concesiones, injerencias políticas, una situación laboral que contenía explotación, muertos y una huelga obrera, todos temas que serán tratados en el presente estudio para entender el desenvolvimiento de este hecho por más importante para la historia de Honduras.

 En el año 1912 la UnitedFruitCompany se instaló en Honduras y creó la Tela RailroadCompany y desde ese instante iniciaron una acelerada expansión y dominio de la costa norte de Honduras, luego de haber recibido por parte del gobierno del país todas las condiciones para cultivar el banano. Para el año siguiente adquirió también la Trujillo RailroadCompany, obteniendo así parte del territorio de Trujillo, los contratos de ambas compañías las autorizaban y obligaban a construir un ferrocarril y un muelle a cambio de que el gobierno exonerara cualquier arancel al momento de introducir la maquinaria necesaria para equipar, instalar, explotar y mantener ambas construcciones por sesenta años.

 Uno de estos contratos le otorgaba derecho a la UnitedFruitCompany de recibir grandes extensiones de tierra para cultivar banano, además el gobierno la autorizó para que usara de manera libre la madera, piedra, cal, arena y otros rubros que encontraran en las tierras nacionales que estuvieran a cincuenta kilómetros del ferrocarril y de igual manera el uso gratuito de los mismos terrenos para la construcción de oficinas, talleres y bodegas y el uso de líneas telegráficas para ingresar al país empleados, inmigrantes, colonos y extranjeros.Cabe destacar que el contrato de la Tela RailroadCompany no estaba muy lejos en cuanto a la comparación con los acuerdos gobierno-industria del contrato anteriormente explicado. Debido a todo esto un año después, en 1913 la UnitedFruitCompany controlaba el sistema ferroviario de Honduras y ya en 1924 tenía 87.800 acres cultivados sobre un total de 400.000 acres poseídos.

 Para el primer cuarto del siglo XX la costa con mirada al atlántico de Honduras, era controlada por tres compañías, todas del mismo carácter frutero que competían y se peleaban el mercado de su principal comprador New Orleans y que llevaron tal disputa al escenario político del país, dado que las compañías les conseguían dinero y armas a los candidatos que eran de su conveniencia y por lo tanto financiaban los golpes de estados que estos llevaban a cabo. A los dueños de las compañías no les importaba verdaderamente el bienestar del país, simplemente querían de manera exorbitante verlo en total dependencia de sus compañías.

 Volviendo un poco atrás, para tomar en cuenta el aspecto laboral, durante los primeros años del siglo XIX 2.000 trabajadores en Lima dejaron sus puestos, unos tomaron por la fuerza un tren para reunir un gran número de trabajadores con el fin de realizar una protesta y otros asaltaron los comisariatos para sacar alimentos, las protestas de este estilo siempre eran reprimidas por los patrones o los militares, por lo que no duraban más de tres días y en ocasiones había muertos a causa de la fuerte represión. Además de usar la fuerza, las bananeras contrataban negros de las Antillas caribeñas, tan maltratados que no se revelaban, abriendo de esta manera una profunda situación racial en el país, aunque este decía estar en contra de dichos inmigrantes negros, debido a los rastros de esclavitud al igual que otros países de América.

 La situación racial se presentó más que todo porque a los nativos hondureños les irrito la conducta general de las empresas y empezaron a tomar represalias contras los negros considerando que estos les quitaban los empleos y se sublevaban al juego injusto de las compañías. Este mal desapareció con el tiempo, por las presiones y por los efectos de una fuerte depresión en el año de 1929, donde las compañías registraron pérdidas y dejaron de contratar a los trabajadores antillanos, regresando a algunos incluso a Jamaica y Belice, además muchos de los que consiguieron quedarse se unieron a la causa de los hondureños.

 El 3 de mayo de 1954 hubo una huelga que se centraba en demandas de carácter salarial, debido al alto costo que tenía la vida en el país para ese momento, a una devaluación de la moneda nacional, un congelamiento de los salarios y por supuesto como consecuencia, un menor poder adquisitivo para los trabajadores bananeros, que ya contaban con un bajo respeto en cuanto a su dignidad humana debido a las condiciones de explotación que estaban en el contenido de sus contratos.

 La táctica que tuvieron los patrones fue la de aprovechar las circunstancias que pudieran atribuirse a los coordinadores de la huelga, para así romper las negociaciones y prolongar el conflicto; esta huelga pese a que fue importante no llegó a ser de carácter nacional, aunque hubo algunas similares en otras empresas del país, sin embargo uno de sus más grandes logros fue el de conseguir el derecho a la liberta sindical, que sirvió de apertura para una sociedad que venía siendo forjada por el autoritarismo y la represión, despertando así un espíritu nacionalista y características culturales como la organización social y la cultura popular que pocas veces se habían visto en su historia contemporánea, donde incluso las mujeres de las empresas textiles se vieron inmersas.

 Posteriormente estas potencialidades de la población decayeron por las fuertes limitaciones que el sistema les imponía. Sin embargo esos 69 días en los que transcurrió la huelga quedaron en la historia del país como la lucha popular más extensa hasta la llegada de la movilización ciudadana en contra del golpe de estado del 28 de junio, que ocurrió 55 años después.

 A manera de conclusión se puede decir que muchas veces se ha acotado que la memoria histórica de la sociedad hondureña es débil, pero acudir a la historia de esta huelga y del enclave bananero en sí, nos demuestra que muchos de los hondureños tienen los medios para sobrevivir a la censura y el olvido, pues son fuente importantísima de experiencias para todo el continente, siendo que, ellos no fueron los únicos perjudicados con dicho enclave, que aunque se presentó como portador de modernización y civilización venía acompañado de mucha desigualdad, pues diversos estudios coinciden en que la construcción de un enclave viene con todo un proceso de negociación, en cuanto a la movilidad social, las afinidades, el status social, el parentesco y la jerarquización y por lo tanto cabe recalcar y con orgullo para los hondureños, centroamericanos y latinoamericanos, que tenemos todos antecesores comunes, que ellos fueron capaces de organizarse y luchar para exigir sus derechos.





Bibliografía
CALDERON TORRES, Manuel. La lucha popular más prolongada desde los 69 días de la huelga bananera 70 y más días de resistencia contra el golpe y la sumisión. pp. 7 extraído de:
http://www.cedoh.org/documentacion/articulos/files/Resistencia.pdf

LAÍNEZ, Vielma y MEZA, Victor. El enclave bananero en Honduras. Nueva Sociedad Nro.6. Mayo-Junio, 1973. pp. 21-43

RIVERA TORRES, Juan. Honduras 1954, cuando los obreros tuvieron el poder. pp. 12
http://www.elcorreo.eu.org/IMG/article_PDF/Honduras-1954-cuando-los-obreros-tuvieron-el-poder_a3535.pdf

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